miércoles, 15 de junio de 2011

Films con mucho arte: "La casa de Bernarda Alba"

Anoche, dentro del programa Versión española que emiten en TVE2 y que conduce Cayetana Guillén-Cuervo, emitieron La casa de Bernarda Alba (Mario Camus, 1987), la versión de 1987, basada en la obra de teatro homónima de Federico García Lorca. Se me plantearon dos problemas a la hora de verla. El primero era ver cine español, que no me suele gustar demasiado, pero al ser un film antiguo le dí una oportunidad, ya que la mayoría de las películas españolas que me parecen lo peor son actuales. El segundo problema era que se trata de una adaptación de una obra literaria que conozco bastante bien, ya que la tratamos en Bachillerato e hicimos teatro leído interpretando yo el papel de Bernarda. Partiendo de esta base, mis expectativas no eran demasiado altas, pero he de decir que la película me sorprendió para bien.


La casa de Bernarda Alba cuenta la historia de una familia formada por Bernarda y sus cinco hijas (Adela, Martirio, Angustias, Amelia y Magdalena) en un pueblo perdido de la España de principios del siglo XX. Bernarda es una madre regia y autoritaria que, tras haber enviudado por segunda vez, sume a sus hijas y a su casa en un profundo luto que viene roto por la "aparición simbólica" (en la obra de teatro nunca aparece en escena) de Pepe El Romano, que pretende a Martirio, la hija mayor. Adela, la más joven, no quiere someterse a las normas de su madre ni a las reglas sociales y morales, y acaba suicidándose.

La obra, subtitulada Drama de mujeres en los pueblos de España, forma parte de la trilogía lorquiana junto con Yerma y Bodas de sangre: en estos textos se trata el drama de la condición de la mujer en la España de principios de siglo. Se ha dicho que La casa de Bernarda Alba es la obra maestra del autor y, tras haber tenido oportunidad de leer buena parte del trabajo del granadino puedo decir que, sin duda, es la obra que más me ha impresionado y me ha dejado una mayor impronta.

Una de las peculiaridades de esta obra es que sólo cuenta con personajes femeninos: Bernarda, sus hijas, su madre, las criadas y las vecinas. Aún así, el catalizador de todos los acontecimientos que forman parte del nudo del texto es Pepe El Romano, el único personaje masculino que, además, nunca aparece en escena. Ese me pareció uno de los grandes fallos de la película: en ella se vislumbra la silueta de Pepe El Romano durante sus encuentros sexuales con Adela. ¿No podrían haberlo insinuado de modo que el personaje masculino no apareciese?

El otro gran fallo es que en la obra escrita no conocemos la muerte de Adela hasta el mismísimo final, cuando Bernarda clama que su hija ha muerto virgen. Sin embargo, en la película nos enseñan cómo se suicida: mal hecho. Una de las cosas que más me marcó de la obra fue que no entendí que Adela había muerto hasta que me lo dijeron de manera explícita, y cuando lo comprendí, realmente supuso un giro argumental en la historia. En el texto teatral la muerte de Adela queda fuera de escena, y creo que deberían haber respetado ese punto en la película.

El director de la película sí me parece un acierto: creo que nadie podría haberlo hecho mejor que Mario Camus, quien colaboró con la producción televisiva de la serie Lorca, muerte de un poeta entre 1987 y 1988. Habiendo dirigido anteriormente otras adaptaciones de obras literarias como Los santos inocentes, de Miguel Delibes, Camus supo reflejar la atmósfera asfixiante y tétrica de la que está impregnada la obra de Lorca. Las cinco hijas de Bernarda se sienten cohibidas y atrapadas en su casa, malgastando su juventud con un luto impuesto por su madre, y ese sentimiento de ahogo existencial trasciende la pantalla y llega hasta el espectador.

Sobre las interpretaciones de las actrices, me parecieron todas bastante buenas, sin duda debido a la acertada elección del reparto: el personaje de Bernarda lo encarna Irene Gutiérrez Caba, que da vida a una mujer autoritaria que no necesita alzar la voz para ser obedecida y temida. Una casi irreconocible Vicky Peña interpreta el papel de Martirio, bien construido e interiorizado, y el peso del personaje de Adela lo sufrió una joven Ana Belén, que supo darle el toque de inocencia e irreverencia que necesitaba. Mención especial para Florinda Chico, que interpreta a la criada Poncia, guardiana de las hijas y semi-esclava de Bernarda.

Multiplicidad de temas son tratados en esta obra: desde la opresión de la mujer hasta la rebelión contra la autoridad y las normas sociales, pasando por la importancia del qué dirán y del estatus social, la envidia o el dinero.

He tenido la suerte de poder ver otra interpretación de esta obra, en el teatro Espada de Madera, en Madrid, hace ya muchos años. No recuerdo cuál era la compañía teatral, pero me quedó grabado el hecho de que interpretaran toda la obra de rodillas para hacer alusión al drama y la opresión femenina. Esto, unido a los escasos elementos de atrezzo, las buenas interpretaciones y lo curioso del lugar donde se puso en escena la obra (la sala tiene la distribución de una antigua corrala, con bancos corridos en tres de sus lados, y la escena al fondo) hicieron de aquella una interpretación memorable.

¿Habéis visto otras obras de Lorca llevadas al cine?

Imagen de trboldecuatrohojas.blogspot.com

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