miércoles, 27 de abril de 2011

Films con mucho arte: "La tabla de Flandes"

La entrada de la serie Films con mucho arte de esta semana, y puesto que hoy es el Día Internacional del Libro, se la dedicamos a un film cuya trama gira alrededor de un cuadro y además está basado en una novela: La tabla de Flandes (Jim McBride, 1995).


Quizás muchos no conocen esta película, pero yo le tengo un especial cariño, ya que me descubrió al que se convertiría después en uno de mis autores favoritos: Arturo Pérez-Reverte. Recuerdo que la primera vez que vi este film fue con mi madre, tremenda fan de las tramas de misterio, y yo tendría alrededor de 13 años: a partir de entonces no pude dejar de sumergirme en las fantásticas novelas del que es, a mi parecer, uno de los más grandes autores de la literatura contemporánea.

La tabla de Flandes, basada en la novela homónima de Pérez-Reverte, cuenta la historia de Julia, una joven restauradora de obras de arte, que recibe el encargo de restaurar una pintura flamenca del siglo XV: La partida de ajedrez. Al mismo tiempo que Julia va restaurando el cuadro se desencadenan una serie de misteriosos asesinatos: ¿pueden estar relacionadas dos épocas tan lejanas a través de una pintura? ¿Quién mueve las piezas en esta quizás demasiado real partida de ajedrez?

No calificaría a la película como "de obligatorio visionado" para el público general, ya que no es especialmente buena (como suele suceder, por otro lado, con la mayoría de películas basadas en obras literarias, salvo raras excepciones). Sí puede ser curiosa para los fans de Pérez-Reverte, quien ha continuado colaborando con el mundo del cine con otras de sus novelas como El club Dumas (transformado en la película La novena puerta, drigida por Roman Polanski y protagonizada por Johnny Depp) o Alatriste (Agustín Díaz Yanes, 2006).

"¿Quién mató al caballero?"

Para mí, esta es la película del "casi": interpretaciones "casi-creíbles", el film es "casi-fiel" a la novela... Los actores están "casi-correctos" en su papel, pero desde luego no sobresalen por sus actuaciones: el personaje de Julia, interpretado por una "casi-irreconocible" Kate Beckinsale, está bastante sobreactuado simulando ser más aniñada e inocente de lo que le corresponde. Por otro lado, algunos personajes nada tienen que ver con los de la novela: el empleado de banca que juega al ajedrez ha sido sustituido en el film por un gitano con aires de surfista (¿?). La trama principal en la novela gira alrededor de la patida de ajedrez, mientras que en la película... bueno, en el cuadro están jugando una partida, ¿no?.

En cualquier caso, la película me gusta por la trama: siempre he sido amante de los films en los que hay que descubrir al asesino, y éste cumple con los requisitos. La trama histórica, además, contribuye a otorgar un plus de misterio al film, que realmente atrapa al espectador, deseoso de saber quién mató a quién y por qué. La resolución final de la película no acaba de coincidir con la de la novela, pero... En resumen: leed el libro, es mil veces mejor.

Como el film no es muy allá, aprovecharé que me da pie para hablar de un tema interesante: la conservación y restauración de las obras de arte, que al fin y al cabo es lo que pone en marcha el mecanismo de la película. Desde mi experiencia como alumna de los cursos teóricos y prácticos de Restauración de pintura y escultura en el Instituto Superior de Arte de Madrid, y de Restauración de Papel en la Universitá degli Studi de Florencia, puedo decir que incluso más importante que la restauración es la conservación. Por definición, la labor de un conservador o restaurador de obras de arte es la de "examinar, diagnosticar, preservar, conservar y, en último caso, intervenir en el patrimonio Artístico". La acción de restaurar una obra se lleva a cabo cuando ya no hay más remedio que intervenir y supone, de un modo u otro, la intromisión en la obra del artista: por eso es vital la conservación en óptimas condiciones de un bien artístico. Las obras de arte son por lo general irrepetibles y forman parte de nuestro patrimonio cultural: debemos preservarlas tan bien como podamos ya que, de este modo, estaremos también conservando una parte importante de nuestra historia.

En ocasiones es inevitable la intervención en una obra puesto que, de lo contrario, su deterioramiento iría a más: en caso de tener que tratar una obra, la parte más importante pasa a ser la documentación de todo el proceso. Insisto en esto porque no hace tanto tiempo, durante el siglo XX, se restauraron obras tan importantes como la iglesia de San Martín de Frómista sin la debida documentación, y el resultado fue nefasto: la iglesia actual poco tiene que ver con la original, ya que se encuentra aislada físicamente de todos los edificios de alrededor, y muchos de sus capiteles fueron cambiados de lugar, provocando que sea imposible la lectura simbólica de los relieves de los mismos en su conjunto.

Otro punto a tratar es que, una vez restaurada una obra, debemos distinguir a simple vista cuál es la parte original y cuál la intervenida: lejos quedan ya los días en que se consideraba que un vaso griego está correctamente restaurado si parece recién llegado del siglo V d.C. El espectador necesita saber qué parte pertenece al pasado y en qué estado ha llegado hasta nosotros.

¡¡Conservación, preservación y documentación antes que la restauración!!
Imágenes de epidemias5second.blogspot.com y de leelibros.com

domingo, 24 de abril de 2011

Venus: evolución (III) Hathor en el Antiguo Egipto

Esta semana, la serie de Venus: evolución está dedicada al Antiguo egipto y a la diosa equivalente a Venus en esta cultura: la diosa-vaca Hathor.


El panteón egipcio es inmenso: la antigua división del territorio de Egipto durante la época pre-dinástica en nomos o regiones facilitó el surgimiento de deidades locales que se fueron adhiriendo al panteón oficial. La misma Hathor fue la diosa oficial de diferentes nomos en varias regiones de Egipto.

Según la mitología egipcia, Hathor era considerada hija de Ra (el dios más importante de todo el panteón) y esposa de Horus, aunque los mitos más antiguos la consideran madre del mismo, asimilándola a la diosa Isis. Su veneración surgió de los antiguos cultos a la fertilidad y a la naturaleza, asimilándola a la antigua diosa Bat (diosa celeste, también representada como una vaca). Según el mito osiríaco, Hathor ayudó a su hijo Horus en su venganza contra Seth, asesino de Osiris. Su principal centro de culto fue la ciudad de Dendera, en el margen izquierdo del Nilo, unos 70 km al norte de Luxor; aunque también tuvo otros templos en Abu-Simbel (donde se la asimiló a Nefertari), la isla de Filae y Deir El-Bahari. Su culto fue uno de los pocos oficiados por sacerdotisas, y en sus rituales se permitían los placeres sensuales y el alcohol, ya que estaba relacionada con el amor, la sexualidad, la alegría de vivir y la embriaguez.

Hoja del Libro de los Muertos,
con representación de Hathor con forma de vaca
(1300 a.C.)

El nombre de Hathor significa "Casa de Horus" en referencia a su parentesco con el dios. Su epíteto más conocido es el de "Señora del sicomoro", el árbol endémico de Egipto: este nombre se le otorga debido a la dureza de la madera de este árbol y a su relación con la naturaleza y la nutrición, ya que una de sus funciones era la de nodriza del faraón, y en ocasiones se la representa como un sicomoro con un pecho que amamanta al rey.

Tríada de Micerinos
Faraón acompañado de Hathor y Anput
Dinastía IV, 2500 a.C.

La forma más común de representar a Hathor es la de una vaca que porta un disco solar entre sus cuernos liriformes con un uareus (representación de la diosa Uadyet en forma de cobra, como la que portaban algunos faraones en su corona). En su representación antropomórfica toma la forma de una mujer con orejas de vaca. Una de sus particularidades es que su imagen dio lugar a un tipo específico de capitel usado en los templos dedicados a ella, y que tomó el nombre de capitel Hathórico: poseen la cabeza de la diosa esculpida, con las orejas del animal que salen de entre sus cabellos.

Sala hipóstila del templo de Hathor en Dendera,
con columnas hathóricas
Imperio Medio (2000 a.C.)

(Imágenes de infantil20.com, taringa.net, historia-antigua.com)

sábado, 23 de abril de 2011

Films con mucho arte: "Jesus Christ Superstar" - Especial Semana Santa

Aunque un poco más tarde por razones personales, no quería dejar de escribir en la sección de "Films con mucho arte" que esta semana dedicaremos a una de las películas típicas de esta época de pascua: Jesus Christ Superstar (Norman Jewison, 1973). Personalmente diré que me encantan los musicales y a éste en concreto le tengo mucho cariño, ya que es uno de los primeros que ví, y la banda sonora (siempre en versión original) me parece excelente; no en vano dio lugar al género que actualmente conocemos como ópera rock.


La película cuenta los acontecimientos sucedidos en los últimos seis días de la vida de Cristo: lo novedoso del film radica en que la historia está contada desde el punto de vista de Judas Iscariote, y además de una manera anacrónica y con todo el guión cantado (no hay diálogos hablados). La música y el vestuario de los años 70, que reflejan la estética hippie del momento, contrastan con los escenarios reales de Israel donde se desarrolla la acción. Ya desde la primera escena en la que vemos llegar un autobús con toda la troupe del reparto, nos sentimos embriagados por la música rock, que será el hilo conductor del film: las canciones son las que se utilizaron originalmente en el musical de Broadway, y las coreografías fueron especialmente creadas para la película.

Destaca, sobre todo, la actuación de Carl  Anderson (víctima del SIDA en 2004), que encarna al personaje de Judas: el tema que abre el film, Heaven on their minds (haced click para ver el vídeo), nos descubre a un gran actor con un amplísimo registro vocal. Cuando Anderson actúa deja ver al espectador todas las emociones del personaje reflejadas en su rostro: desde mi punto de vista, toda la solemnidad que desprende la figura de Jesucristo, encarnada por Ted Neeley, queda eclipsada por la gran actuación de Anderson, sobre todo en la escena en la que es perseguido por unos tanques de guerra, y que quiere reflejar el conflicto interno en el que se halla su personaje tras haber traicionado a su amigo y maestro. Más allá de la tradicional visión del traidor, el film deja traslucir las últimas razones por las que podría haber actuado realmente Judas: el deseo de ayudar a los pobres, el miedo a la represión por parte de los romanos y de los sacerdotes, el hecho de no ser capaz de comprender la doctrina que Jesús predicaba y que, aparentemente, no practicaba al 100 % (como el momento en que Judas le cuestiona su dedicación a los pobres mientras María Magdalena le unge los pies y el cabello con un caro aceite).


Así mismo el film hace hincapié en la naturaleza humana de Jesucristo, mostrando al espectador a un hombre joven y dubitativo que, como cualquier otra persona, se atemoriza frente a su próxima muerte. Jesús no entiende por qué debe morir para que el mundo entienda su mensaje y la obra que ha llevado a cabo, y así se lo hace saber al Padre mientras reza en la que será su última noche. Jewison nos muestra a un Jesús que se siente abandonado por sus amigos en sus últimas horas, que se enfada cuando Pedro le niega, y que llora y sufre como uno más de nosotros.


Existen varios momentos en los que se realizan alusiones directas al mundo del arte: la escena en la que se recuerda la Última Cena se encuentra directamente inspirada en el fresco del mismo nombre que Leonardo Da Vinci pintó en el refectorio de Santa Maria delle Grazie, en Milán, con los actores en los puestos correspondientes a los que ocupan en la pintura (exceptuando a Juan). Unos minutos más tarde, en la escena Getsemaní (haced click para ver el vídeo), podemos ver cómo Jesucristo se encuentra rezando solo en el huerto: en el momento en que se da cuenta de que debe perecer para cumplir con la voluntad del Padre y acepta que su destino es morir en la cruz, se nos muestran alguas de las obras más importantes de la Historia del Arte con el tema de la crucifixión, como una premonición de lo que está a punto de ocurrir: detalles de obras de autores alemanes e italianos muestran a Cristo doliente en la cruz, removiendo la conciencia del espectador.

La música y letra fue adaptada del musical de Broadway por Andrew Lloyd Webber  (conocido también por otras adaptaciones de musicales, como Evita o El fantasma de la ópera): fue nominada al Oscar y ganó numerosos premios, entre otros el Bafta a la mejor banda sonora. Sus tres protagonistas principales, Ted Neeley, Carl Anderson e Yvonne Elliman (que encarnan los personajes de Jesucristo, Judas y María Magadalena respectivamente) fueron nominados a los Globos de Oro en la categoría de mejor actor/actriz en un musical, y además los dos últimos fueron nominados también como actores más prometedores.



El musical cosechó un tremendo éxito, traduciéndose a numerosos idiomas y renovándose año tras año. En España se hizo muy famosa la interpretación de Camilo Sesto en el papel de Jesucristo, que le permitió darse a conocer al gran público. En el año 2000 se hizo una edición especial del musical en Broadway (haced click para ver el vídeo), con un elenco totalmente nuevo y unos escenarios renovados, basada en la estética punk y con referencias a la II Guerra Mundial y a la Revolución Francesa, que también obtuvo un gran éxito.


Imágenes de cinetux.org, tucinevip.com, reflexionesparatejer.blogspot.com

sábado, 16 de abril de 2011

Venus: evolución (II) Inanna e Ishtar

Continuamos con la serie dedicada a la evolución de la diosa Venus y de las deidades asimiladas a ella: siguiendo un eje cronológico, hoy trataremos el tema de las diosas Innana e Ishtar en las mitologías sumeria y acadia respectivamente.

Inanna es la diosa más importante del panteón sumerio, la más antigua de las civilizaciones, que se desarrolló en la zona entre los ríos Tigris y Eúfrates, en el actual sur de Iraq, hacia el año 3.000 a.C. El nombre de la diosa deriva de Ina-na, que significa "la señora de los cielos", y es considerada la figura más importante de la religión sumeria. Se asoció  a la ciudad de Uruk, capital del reino, y sus representaciones aparecen en objetos tan importantes como el famoso vaso de Uruk o los cilindros sellos.

Los templos de Inanna, conocidos como "casas del cielo", eran el lugar donde se ejercía la prostitución sagrada, la forma en que se rendía culto a la diosa pro parte de sus sacerdotisas. El tema de la prostitución sagrada tendrá su eco en otras culturas, como por ejemplo la romana, donde surge la disyuntiva de si las sacerdotisas vestales eran en realidad vírgenes o meretrices. Así mismo, en los templos de Inanna se practicaba el matrimonio sagrado: un ritual en el que la diosa encarnada por una de las sacerdotisas, se unía físicamente al jefe de la nación en una ceremonia conocida como Hieros Gamos.

La diosa Inanna era considerada señora de la fertilidad, el amor (pero no el matrimonio) y la sexualidad, y por ello se la asocia a la Venus greco-romana. Se la representa generalmente como una estrella de ocho puntas o roseta en su forma de ideograma en la escritura cuneiforme. Además, Inanna es asociada al planeta Venus en su manifestación astral, cuyo movimiento errático por el firmamento se asemeja al comportamiento de la diosa: al igual que el planeta Venus desaparece por Occidente y vuelve a resurgir por Oriente, así Inanna es capaz, según su mito, de bajar al inframundo y regresar a los cielos.

Su equivalente en la cultura acadia, la cual se desarrolló en el mismo lugar hacia el 2.300 a.C., es la diosa Ishtar, señora del amor, la sexualidad, la fertilidad y la guerra. Su mito se asemeja al de Inanna y lo conocemos a través de la versión acadia del famoso Poema de Gilgamesh: un poema épico que narra la historia del rey sumerio Gilgamesh y su compañero Enkidu, escrito en tablillas y encontrado en la biblioteca de la ciudad de Nínive. En el mito, Ishtar pide matrimonio a Gilgamesh, quien la rechaza al saber de la mala suerte de sus anteriores amantes, y la diosa, despechada, le maldice.




Su culto estuvo muy ligado a la mencionada prostitución sagrada, llegando a ganarse el epíteto de "cortesana de los dioses". Su leyenda se encuentra en el origen de la conocida "danza de los siete velos": el amor de Ishtar por Tamuz, su primer amante, la llevó a cruzar el reino de Ereshkigal para reunirse con él. Una vez en el palacio fue cruzando siete salas, y en cada una de ellas se fue despojando de un velo o una joya: la interpretación de la historia hace referencia al hecho de despojarse de todo lo supérfluo hasta revelar la verdad, y una vez que Ishtar consigue revelar todas sus verdades es cuando puede reunirse con su amante.

Imágenes de ahomitakuyeoyasin.blogspot.com, histonotas.blogspot.com y wikipedia

viernes, 15 de abril de 2011

Historias para no dormir

La televisión también es arte. Al menos antes lo era.

No se me ocurre un medio de difusión mas masivo que la televisión; la lástima es que actualmente la mayoría de los espectadores prefieren los programas de contenido "rosa" a otros que puedan resultar más beneficiosos para el intelecto. No me refiero a los documentales de TVE2 (esos que todos afirmamos que vemos) sino, por ejemplo, a series memorables de las que marcan una época.

Cada vez más a menudo, cuando pregunto a alguien qué ve por la tele me encuentro con la misma respuesta: "no, no, la tele casi no la veo: me bajo los capítulos de las series de internet". Pues sí, yo también lo hago. Y es que, a pesar de los cientos de canales de los que disponemos desde la implantación de la TDT, la oferta televisiva sigue basándose en los tópicos de toda la vida que, a mi parecer, han quedado bastante obsoletos; pero arriesgarse a proponer algo nuevo es un reto, y ante el miedo a perder audiencia las cadenas han decidido que es mejor no hacer nada.

Recordando series que merecen la pena me ha venido a la memoria el caso de Historias para no dormir, de Narciso Ibáñez Serrador. Yo ni siquiera había nacido cuando surgió este fenómeno, pero lo conozco y lo admiro: en 1966, cuando el género del terror no había surgido aún en España, Chicho decidió realizar una serie dedicada a este tema, que tenía bastante éxito en centroeuropa y en los países anglosajones. Los episodios, independientes entre sí y de distinta duración, abordan las fobias de los humanos tanto con guiones originales como con adaptaciones literarias.

Las Historias para no dormir no tienen mucho que ver con el terror que se hace hoy en día: más allá del susto gratuito del que abusan muchas producciones, se utiliza el terror psicológico para mover la mente del espectador. Para mi gusto, esto es mucho más efectivo a la hora de causar miedo: si te dan un susto te asustas en el momento, mientras que el terror psicológico te hace pensar en lo que acabas de ver mucho tiempo después de que esto ocurra. Esta técnica, unida a las maravillosas actuaciones de los actores, crean en el espectador una inquietud y un desasosiego difíciles de olvidar. Mención especial merece, en cada una de sus interpretaciones, Narciso Ibáñez Menta, padre de Chicho y estupendo actor que ya había triunfado dirigiendo y protagonizando la serie ¿Es usted el asesino?.


Hace unos años pude disfrutar de la serie al completo de Historias para no dormir gracias a mi amiga Maite, que me prestó la edición en 6 DVD's. Personalmente, soy bastante miedosa, y sólo la famosa intro en la que se oye la puerta que chirría y el grito ya me ponía los pelos de punta, así que opté por ver la serie a la luz del día y acompañada. Como recomendación personal, os dejo una lista de algunos de los capítulos que más me gustaron, por si algún valiente se anima:

- La cabaña: mi favorita, sin duda. Dos amigas se encuentran atrapadas en un refugio de montaña debido a una intensa nevada. Una de ellas muere, y su amiga la entierra, pero la mañana siguiente la fallecida vuelve a aparecer en su cama...
- El asfalto: muy parecida a la película La cabina, con actuación espectacular de Narciso Ibáñez Menta. Un hombre que pasea por la calle, sin pretenderlo, mete los pies en el asfalto fresco, donde queda atrapado. Pide ayuda a los viandantes, pero... hasta aquí puedo leer :)
- El tonel: versión de la obra de Poe La barrica de Amontillado, con una Gemma Cuervo casi irreconocible. 

¿Conocéis series de calidad, actuales o pasadas, que merezcan mención?

miércoles, 13 de abril de 2011

Films con mucho arte: "Gladiator"

Hace unos días volvieron a poner Gladiator en televisión, y una vez más la volví a ver, y con mucho gusto, la verdad. Para mí Gladiator es una de esas películas que puedo ver millones de veces, y jamás me cansaré, ya que en cada visionado descubro algún detalle nuevo y sorprendente. Al margen de que se trate de una superproducción hollywoodiense, refleja bastante bien la época histórica en que se desarrolla y, en el plano formal, el film es impecable. Sin lugar a dudas, Ridley Scott es un personaje mediático que pertenece a ese pequeño grupo de directores de los que recordamos el nombre, pero también está claro que en sus películas realiza un trabajo muinucioso de documentación y de control total y milimétrico del producto, consiguiendo de esa forma films que no deben faltar en ninguna filmoteca que se precie.


Gladiator narra los últimos años de vida de Máximo, un general romano que ha ganado fama guiando a su legión en las campañas de Germania, impulsadas por el emperador Marco Aurelio a mediados del siglo I d.C. El emperador, viendo cerca su final, decide dejar el poder en manos del Senado de Roma, y encarga a Máximo la misión de transmitir este mensaje, una decisión que no será bien acatada por su hijo Cómodo, quien en circunstancias normales heredaría el trono. Cómodo siente celos del general, quien es considerado como un hijo por Marco Aurelio, y al mezclarse los motivos políticos con los personales, organiza una conjura a través de la cual asesina a su padre e intenta acabar con Máximo. El general consigue escapar y realiza un largo viaje para volver a su hogar, sólo para encontrar que su familia ha sido salvajemente torturada y asesinada por orden del nuevo emperador. Máximo, agotado por el viaje, el dolor y la decepción, es capturado y convertido en gladiador: sus conocimientos militares conseguirán salvar su vida y la de sus compañeros en numerosas ocasiones, mientras planea su venganza contra el emperador. La ocasión perfecta surge cuando tiene la oportunidad de luchar en el Coliseo romano: allí se reúne con Lucila, hermana del emperador y ex-amante de Máximo, quien lo único que desea es devolver el poder al pueblo de Roma a través del Senado, para así poder salvar a su hijo de las maquinaciones de Cómodo. Máximo se enfrentará finalmente a Cómodo en la arena y, si bien la pelea es amañada para asegurar la victoria del emperador, el general consigue llevar a cabo su venganza y salvar el futuro del Imperio.

La época reflejada en el film (mediados-finales del siglo I d.C.) está perfectamente recreada en la película: las nuevas tecnologías han permitido una fiel recreación del ambiente romano del momento, incluyendo monumentos que sólamente conocemos en parte, como el Coliseo de Roma. Más  importante que el hecho de poder admirar de forma completa la construcción, destaca el hecho de poder disfrutar del Anfiteatro Flavio con las gradas llenas de espectadores, sumergiendo al espectador en la verdadera experiencia del circo romano.

Mención especial merece el atrezzo utilizado en el film (no en vano, ganó el Oscar al mejor vestuario): tanto las armaduras como las túnicas, y muy especialmente las joyas que porta el personaje de Lucila, son muy fieles a los originales de la época. En cuanto a las joyas, los adornos para el pelo y los pendientes, realizados en oro y plata y decorados con ámbar, piedras preciosas y pasta vítrea, son los objetos que mejor recrean la grandeza de la época imperial. La época de Marco Aurelio fue la de mayor expansión del Imperio, controlando así los romanos la mayoría de las minas de metales extracción de metales y piedras preciosas de Europa y la zona norte de África: la riqueza conseguida a través de las conquistas se ve reflejada en el lujo de la corte, que no reparaba en gastos.


Destacan así mismo los temas tratados en el film, más allá de la narración de una historia: la fidelidad a la familia, a la nación, al emperador y a la unidad, y a los principios personales se convierten en uno de los ejes alrededor de los cuales gira la trama principal. Como temas secundarios destacan la política, la corrupción y el deseo de poder por encima de todo, la integridad, el amor, la amistad... Temas universales presentes en muchas películas que en este film son tratados desde la estética de la grandiosidad de una época pasada.

Escribir acerca de una película hsitórica es bastante peliagudo, debido al tema del rigor histórico, pero querría observar el film, al menos en esta ocasión, desde el punto de vista estético. ¿Qué otros films de tipo histórico créeis que merecen una mención especial?

Imágenes de labutaca.net

lunes, 11 de abril de 2011

Venus: evolución (I) Venus esteatopígicas

Este fin de semana me ha venido a la cabeza la idea de los cambios en la estética y en los cánones de belleza a través de los tiempos, y pensé que podría ser un buen tema de debate para el blog. Me centraré en la figura femenina, puesto que es la que más ha sufrido los vaivenes de los ideales de belleza con el paso de los años. Iremos analizando en capítulos, y por orden cronológico, los modelos de mujer que han predominado en las distintas civilizaciones a través de la Historia.

Del Paleolítico Superior proceden las figuras de las Venus esteatopígicas, unas estatuillas de bulto redondo (exentas) en distintos materiales que representan el cuerpo de la mujer. La más famosa es la conocida como Venus de Willendorf, encontrada en 1908. Estas figurillas representan a mujeres tipo de la época, y se caracterizan por presentar una anatomía exageradamente desarrollada: son obesas, con grandes caderas y mamas, y el vientre muy abultado, mientras que los demás meimbros del cuerpo, como pies y brazos, se encuentran desdibujados, y apenas son perceptibles. Tradicionalmente se ha pensado que esto responde al ideal de fertilidad, el bien más valorado de las mujeres en ese momento: durante la Prehistoria los hombres cazaban, y el cometido de la mujer era el de garantizar la continuidad de la especie criando a sus hijos. El hecho de representar de una forma más evidente los atributos sexuales de la mujer (pecho, caderas, vientre) son una referencia al poder de la misma para concebir descendencia. Al hilo de esta idea, estas pequeñas esculturas no hacen sino reforzar la idea de sociedad matriarcal típica de las primeras comunidades.



Por otro lado, no podemos olvidar el hecho de que muchas de estas figuras han aparecido enterradas en altares, lo cual puede unir el concepto de fertilidad con el que están relacionadas las Venus Paleolíticas con la figura de la Diosa-Madre presente en la mayoría de las civilizaciones de la Antigüedad (Ishtar para los sumerios, Astarté para los Sirios, Afrodita para los griegos, Cibeles para los romanos).

Concluyendo: las figuras de las Venus Paleolíticas reflejan, con sus miembros hiper-desarrollados, un canto a la fertilidad, el más importante de los valores de la mujer de la época. También son el espejo de una sociedad matriarcal, algo que también podemos observar a través de la presencia de la Diosa-Madre, que persistirá a través del tiempo y en otras culturas.

Imagen de proyectosmybloc.wordpress.com

miércoles, 6 de abril de 2011

Films con mucho arte: "La sonrisa de Mona Lisa"

Inauguramos nueva sección!!! Cada miércoles subiré una entrada con un pequeño análisis de un film relacionado con el mundo del arte. No tiene por qué ser una biografía de un artista, como en el caso de películas como Pollock o Frida; analizaremos films basados en novelas o teatro, en relación con el mundo de la moda, sobre un oficio concreto dentro del mundo artístico... Creo que el tema tiene muchas posibilidades y puede dar bastante juego, así que espero que os guste!

Para comenzar, hoy trataremos La sonrisa de Mona Lisa (Mike Newell, 2003)
El film, ubicado en 1953 en Massachusetts, narra la historia de Katherine Watson (interpretada por Julia Roberts), una profesora de Historia del Arte que pasa a formar parte de la plantilla del exclusivo colegio femenino Wellesley College. Su mentalidad abierta, demasiado moderna para el entorno del colegio, hará tambalear la forma de ver el arte y la vida de sus estudiantes.

El arte tiene una presencia especial en esta película, ya que es a través de la pintura como Katherine intenta abrir las mentes de sus jóvenes alumnas: quiere enseñarles a pensar y a ver la historia y la reflexión que existe detrás de una obra. La escena en la que coloca a sus alumnas frente a un Pollock original y les hace interiorizar qué les sugiere cambiará dráticamente el punto de vista de muchas de cara al arte y a sus futuras acciones.

Otro de los temas tratados en el film

es la posición de la mujer en los años 50: al llegar a su primera clase, Katherine se encuentra frente a un grupo de chicas que han asumido el papel que les tocará jugar en la vida, el de ama de casa sumisa, sin más expectativas que contentar a su marido, porque es lo que la sociedad requiere de ellas. Este "conformismo social" se ve reflejado en la forma de enseñar que tiene el colegio: memorizar datos sin cuestionar jamás nada. El personaje de Katherine les hará ver que tienen la posibilidad de elegir cómo quieren vivir su vida, que es lícito que se pregunten el por qué de las cosas.

Una de las escenas más interesantes del film es en la que Katherine plantea a sus alumnas la pregunta que muchos nos hacemos: ¿qué es arte? "Una obra no es arte hasta que las personas adecuadas dicen que es arte" Quizás es un comentario un tanto desafortunado viéndolo desde nuestra perspectiva, pero en los años 50 siempre había alguien que decía lo que debía o no ser arte, lo que podías o no hacer, lo que podías o no vestir... Seguir estas reglas es el camino fácil frente a la sociedad: si sigues las reglas del juego nunca serás juzgado. Pero ¿qué ocurre si te saltas las reglas? ¿es lícito improvisar? Llevándolo al terreno artístico, ¿era válido en su momento el dripping de Pollock? Muchos artistas no vendieron un cuadro en vida porque no siguieron las normas de la sociedad en la que vivían, por ejemplo Van Gogh, cuyos girasoles también aparecen en el film; sin embargo, al cambiar la mentalidad de las personas, se han convertido en verdaderos mitos.

¿Nos arriesgamos a cambiar las normas?

Imagen de amazon.com

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