miércoles, 12 de octubre de 2011

Bolonia: la esencia del norte de Italia

Durante mi último viaje he tenido la oportunidad de visitar una de las ciudades que más me han impactado: Bolonia, capital de la región de Emilia-Romagna, en el norte de Italia. He de decir que no esperaba que me sorprendiera tanto: la verdad es que me dejó muy asombrada y con muchísimas ganas de volver.

Imagen de losmejoresdestinos.com
Bolonia, fundada por los etruscos bajo el nombre de Felsina es famosa por contar con la Universidad más antigua de Occidente, fundada en el año 1088. La ciudad gozó de su mayor momento de esplendor durante el período comunal (siglos XI-XIV), y de esta época conserva su casco histórico medieval, el segundo más grande de Europa después de su vecina Venecia.


Imagen de arcaitalianschool.com
La estación de ferrocarril es la más transitada de Europa: desde ésta, y caminando por la ancha Vía dell'Independenza, rodeada por sus amplios soportales y elegantes palacios, llegamos hasta la impresionante Piazza Maggiore, donde nos adentramos en el medievo en estado puro. La plaza, en la que se encuentran el Palacio del Podestá, el Palacio de los Bancos y el Palacio de los Notarios nos hace entrar de lleno en épocas anteriores: si no fuera por la inmensa cantidad de turistas y estudiantes que llenan esta plaza, podríamos pensar que hemos viajado en el tiempo y estamos en el momento álgido de la ciudad. Las arquitecturas de los palacios, muy distintas a las típicas construcciones típicamente italianas de la Toscana, recuerdan a los modelos del este de Europa. Personalmente, al ver las fachadas de los edificios comunales lo primero que vino a mi mente fue el Palacio de los Dogos de Venecia, con inspiración claramente oriental y bizantina. Las torres de los palacios evocan los recuerdos del Palazzo Vecchio de Florencia: la tradición oriental y occidental se dan la mano en Bolonia.

Imagen de campingcompass.com
La impresionante Basílica de San Petronio cierra uno de los lados de la gran Piazza Maggiore de Bolonia: proyectada en 1390 por Antonio de Vicenza, no terminó de construirse hasta el siglo XVII, y se trata de la quinta iglesia más grande del mundo, aunque en un inicio fue pensada para ser incluso más grande que la basílica de San Pedro de Roma. El interior es gótico, y  en el exterior podemos disfrutar de la decoración del portal central, diseñada en clave renacentista por Jacopo della Quercia.

Imagen de tools.wikimedia.pl


Imagen de camping.de
Siguiendo la curva que describe la Vía Luigi Carlo Farini, que me recordó mucho (salvando las distancias) a la que realiza Regent Street en Londres, llegamos al complejo de Santo Stefano, también llamado De las siete iglesias, un grupo de iglesias y capillas unidas por un patio y un claustro. La parte más antigua fue construida en el siglo VII sobre un templo pagano dedicado ala diosa Isis, la deidad femenina por excelencia. Las características del románico lombardo, como la galería de arquillos ciegos en la parte superior de los muros, decoran esta magnífica construcción.

Imagen de panoramio.com

Me gustaría destacar el perfecto estado de conservación de las zonas más antiguas de la ciudad: pocas veces había visto un casco medieval de estas características con los negocios modernos tan bien integrados en el mismo. El contraste entre los antiguos pórticos, y las tiendas de lujo que cobijan en lugares como la Vía Cavour se convierte en una transición muy bien llevada, de forma que no se pierde el encanto.

Sólo pude pasar allí medio día, ¡así que habrá que volver para poder disfrutar de Bolonia un poco más!   

sábado, 8 de octubre de 2011

Prato: en el corazón de la Toscana

A sólo 15 kilómetros de Florencia se encuentra la pintoresca población de Prato, de la que he tenido la suerte de poder disfrutar durante la última semana. Si bien es cierto que las expectativas eran muy altas, tratándose de  un pueblo muy cercano a mi querida Florencia, he de decir que no me decepcionó en absoluto: arte, cultura, deporte y mucha vida en las calles del corazón de la Toscana.



Situada en el emplazamiento de una antigua comunidad etrusca, la población de Prato fue ocupada en época medieval por los bizantinos y los longobardos. Prato fue una población independiente por mucho tiempo: su creciente industria textil hizo que se convirtiera en uno de los puntos neurálgicos de la producción de tejidos de Italia, y consiguió que se mantuviera cercana a las ciudades más importantes conservando su autonomía. En 1351 Prato fue vendida a la vecina Florencia, ciudad por excelencia de los  banqueros italianos, por 17500 florines de oro, y ha permanecido legada a ella hasta nuestros días.

El centro histórico de la ciudad es digno de admirar: pasear por sus calles empedradas, rodeados por sus palacios y múltiples iglesias, transporta al visitante hasta la Edad Media y el Renacimiento, como si realizase un viaje en el tiempo. Calles estrechas y callejones de difícil acceso trazados a mano alzada, típicos de la topografía medieval, nos conducen hasta amplias plazas que sirven como escenario de las grandes construcciones que rigen la distribución de la ciudad.


Destacamos su preciosa catedral, dedicada a Santo Stefano y construida en la tradición toscana, combinando mármoles de distintos colores y procedencias en franjas horizontales, que nos recuerda a otras iglesias de la zona como Siena, Orvietto o la misma Florencia. La reliquia más importante que se encuentra en la catedral es la Sacra Cintola (el Sagrado Cinturón) de la Virgen, que se muestra al pueblo en una solemne ceremonia desde el púlpito exterior, construido por Michelozzo y decorado por Donatello. Dentro del templo los frescos realizados por Filippo Lippi, Paolo Uccello y Antonio Gaddi dan vida a las desnudas paredes de la catedral.



Si pasáis por allí os hago una recomendación personal: no dejéis de tomar el aperitivo en Le barrique (via Giuseppe Mazzoni 19) y de cenar en La Maison (viale Monte Grappa 275)!


miércoles, 14 de septiembre de 2011

Films con mucho arte: la cabecera de "Mujeres desesperadas"

Esta semana, nuestro post de la serie "Films con mucho arte" es muy especial, y os contaré por qué: soy muy aficionada a las series americanas de ficción, principalmente a esas que no exigen demasiado del espectador, sino que sólo sirven para pasar un buen rato cuando llegas a casa del trabajo. Me refiero a series como Anatomía de Grey, Hellcats, Greek... La única excepción fue LOST, que sí que implica ponerse a pensar un poquito, o al menos tener buena memoria para poder hilar las distintas historias. El caso es que la semana pasada terminé de ver mi dos series fetiche: Gossip Girl y Pretty Little Liars (momento adolescencia efervescente total), y me pregunté "¿y ahora qué?". Recordé que hacía tiempo que me habían recomendado ver Mujeres Desesperadas, así que me puse a ello, y cuál fue mi sorpresa al encontrarme con esta genial cabecera:



Simplemente genial: una cabecera de una serie plagada de obras de arte. Personalmente, con eso ya me tenia ganada. Vamos a analizar un poco más despacio las obras que aparecen en este original montaje:


Archivo:Adam-und-Eva-1513.jpg
Imagen de Wikipedia
- Adán y Eva (Lucas Cranach "El Viejo", 1513-1515): pintados en óleo sobre tabla, estas dos figuras forman parte de un díptico que se encuentra en la Galleria degli Ufizzi, en Florencia. La escena representa a Eva ofreciendo a Adán la manzana del pecado original, después de haber sido tentada por la serpiente: sin lugar a dudas, recoge en una sola imagen la esencia de la serie, aunque puede identificarse sobre todo con el personaje de Susan (Tery Hatcher), que intenta seducir a su vecino.




Imagen de pinturayartistas.com
- Litografías egipcias: o dibujos sobre la piedra. Estos dibujos se solían representar en paredes y columnas de tumbas y templos. Las representaciones de las tumbas tienen como tema escenas de la vida cotidiana, con la intención de que el difunto las recordara y reviviera tras su muerte. En el caso de los templos, las pinturas suelen representar escenas sagradas o de adoración. En este caso podemos ver cómo una "mujer desesperada" intenta escapar de un grupo de niños: muy ilustrativo del personaje de Lynette (Felicity Huffmann), a la que sus hijos vuelven loca. 


Archivo:Van Eyck - Arnolfini Portrait.jpg
Imagen de Wikipedia
- El matrimonio Arnolfini (Jan Van Eyck, 1434): esta obra es famosa por algo que no debería serlo, y lo aclaro: mucha gente (no profesionales del arte) intenta "tirarse el pisto" diciendo que hay un misterio detrás del cuadro, porque no se sabe si la mujer está embarazada. Cualquiera que haya estudiado Historia de la Moda sabe que la vestimenta típica de la época en los Países Bajos (la que lleva la Señora Arnolfini) pesaba bastante, y que las mujeres tenían la costumbre de recoger sus ropajes a la manera en que lo hace ella  en el cuadro para no pisarlos y estropear las suaves pieles. Por tanto, misterio resuelto.
En la cabecera la imagen ha sido modificada de modo que Mister Arnolfini tira la cáscara de un plátano que inmediatamente es recogida por su señora: una actitud muy similar a la que tiene en la serie el personaje de Bree (Marcia Cross). 




Archivo:Grant DeVolson Wood - American Gothic.jpg
Imagen de Wikipedia
- American Gothic (Grant Wood, 1930): obra perteneciente al expresionismo abstracto y representa al típico matrimonio de avanzada edad formada por un abuelito al cual se le van los ojos detrás de la Pin-Up de Andy Warhol que asoma por la esquina, y su mujer, que le reprende con un sutil escobazo.








Imagen de elreinodelapelusa,blogspot.com
- Am I a proud! (Dick Williams, 1940): fiel reflejo del american way of life, contamos con multitud de carteles reivindicando el valor de la mujer como ama de casa; lo cual, como vemos en la serie, es un trabajo a tiempo completo.

Imagen de pienso-pero-existo.blogspot.com









- Campbell's Soup Can (Andy Warhol, 1962): el máximo exponente del Pop Art inmortalizó por 32 veces esta lata, que ha pasado a formar parte de la cultura norteamericana. Los elementos procedentes de la cultura popular son la base de este movimiento que justo ayer perdía a uno de sus mejores representantes a este lado del Atlántico: Richard Hamilton.



- Couple arguing y Romantic couple (Robert Dale, 1960's): dos obras también pertenecientes al Pop Art y basadas en el mundo del cómic, que representan a la perfección la dinámica de amor-odio existente entre los personajes de Gabrielle y Carlos (Eva Longoria y Ricardo Chavira). Este tipo de infografías llegaría a su punto álgido a través de la obra de Roy Lichtenstein.

Imagen de elreinodelapelusa.blogspot.com

Después de este pequeño análisis sólo me queda ponerme al día con la serie, cuya última temporada se emitirá en breve. De momento sólo he podido ver un par de capítulos, pero la mezcla de humor-drama-misterio no me ha defraudado.

¿Seguís Mujeres desesperadas? ¿Qué os parece la serie?

Long live Richard Hamilton

Ayer, 13 de septiembre, fallecía a los 89 años de edad el artista Richard Hamilton, considerado como el padre del Pop Art. Hamilton, admirado por igual por crítica, público y por sus propios colegas, se encontraba trabajando en una retrospectiva de su obra para 2013.

Imagen de absolutlondres.com
La obra del británico estuvo, durante sus comienzos, influida por pintores como Cézanne; en 1952 Hamilton descubrió la tipografía y el diseño industrial, lo cual hizo dar un giro de 180 grados a su obra, que se volvió hacia la contemporaneidad, trabajando con nuevos materiales y técnicas, y alcanzó su punto álgido con el collage.

Él mismo se consideraba "el abuelo del Pop Art"; este movimiento está basado en el uso de conceptos pertenecientes al imaginario popular, y surge como reacción al academicismo y al elitismo artístico existente durante la primera mitad del siglo XX. El Pop Art surgió primero en Gran Bretaña, que veía desde la distancia la cultura estadaunidense: en 1952 Eduardo Paolozzi fundó el "Grupo Independiente", formado por artistas de diversas disciplinas, y cuya forma de expresión más importante fue el collage.

Imagen de dobleclic.com
La obra más famosa de Hamilton pertenece, precisamente, al mundo del collage: Just What Is It That Makes Today's Homes So Different, So Appealing? (1956). En ella se entremezclan los elementos más reconocibles dela cultura contemporánea norteamericana en una feroz crítica al "american way of life". Esta obra se convirtió en el manifiesto del movimiento Pop Art en Inglaterra. 

sábado, 10 de septiembre de 2011

El hombre de Vitrubio by Greenpeace

Esta semana leí en el periódico una de esas noticias que no se ven todos los días: John Quigley, un artista de origen irlandés que se dedica a las obras artísticas ambientales, realizó para Greenpeace un enorme dibujo de El hombre de Vitrubio, de Leonardo da Vinci, en el ártico, tan sólo a 800 km del Polo Norte. El dibujo fue realizado en el hielo con una parte faltante para concienciar a la sociedad del problema del deshielo: sin duda una forma original y muy artística de activismo.

Imagen de lagranepoca.com

Imagen de wikipedia
El Hombre de Vitrubio (o Vitruvio) es un dibujo realizado por Leonardo da Vinci en uno de sus diario en torno a 1487: se trata de un estudio en el que están representadas las proporciones ideales del cuerpo humano según los cánones clásicos. En la obra podemos ver la figura de un hombre en dos posiciones diferentes, inscrito en un cuadrado y en una circunferencia.

El dibujo, acompañado por una serie de anotaciones del propio Leonardo con su peculiar escritura (escrcibía de derecha a izquierda como medio para preservar sus investigaciones) está basado en el tratado De Architectura del artista y estudioso romano Vitrubio, que fue escrito en el siglo I a.C. y dedicado a su patrón Octavio Augusto, primer emperador del Imperio Romanoy heredero de Julio César. El tratado habla de las proporciones del cuerpo humano, basadas en fracciones matemáticas: las proporciones de los órdenes arquitectónicos clásicos deben seguir estas mismas proporciones si quieren ser perfectas.

Este dibujo es la representación gráfica de la máxima del pensamiento antropomórfico renacentista: el hombre como centro del mundo y de todas las cosas, alrededor del cual gira todo. El hombre de Vitrubio nos revela unas medidas un tanto curiosas que, sin embargo, se han mantenido a lo largo de la historia como las medidas ideales. ¿Sabías que la altura de un hombre debe corresponder a ocho veces la medida de su cabeza? Según el canon de Vitrubio, ¿tienes las medidas correctas?

miércoles, 7 de septiembre de 2011

Films con mucho arte: El diablo viste de Prada

Dado que hoy es la Vogue's Fashion Night Out, a la que asistiré muy gustosamente para pasar un buen rato y también para conseguir material para Hispamoda.com, donde colaboro como blogger, he decidido dedicar el día entero al mundo de la moda: la película a analizar hoy es El diablo viste de Prada (David Frankel, 2006).

Imagen de weblogmapies.es
El Diablo viste de Prada, basada en la novela homónima de Lauren Weisberger, narra la historia de Andrea, una joven recién licenciada que quiere hacerse un sitio en alguna de las editoriales de mayor prestigio de Nueva York. Para ello se marcha a vivir a Manhattan junto con su novio y consigue trabajo como segunda ayudante de la magnate más importante del mundo editorial en materia de moda: Miranda Priestly, directora de la revista Runway. Durante su estancia en las oficinas de Runway Andrea descubrirá los entresijos de un mundo que parece bonito desde fuera, pero entre bambalinas reinan las intrigas, envidias y sacrificios como en cualquier otro lugar.

Tengo que reconocer que me encanta esta película: no es un film de culto, ni ha marcado un punto de inflexión en la Historia del Cine, pero me parece divertidísimo. No se trata de un film para reflexionar ni con una moraleja de esas que te dejan pensando horas después de verlo: simplemente se trata de disfrutar del incesante desfile de prendas de diseñadores de moda y de las geniales actuaciones de los protagonistas.
Imagen de oscarfan69.blogspot.com

Meryl Streep borda su papel de Miranda Priestly (dicen las malas lenguas que es un personaje ficticio basado en la muy real Anna Wintour, directora del Vogue norteamericano): el estilo de mujer fría, calculadora y al mando de todo lo que hay a su alrededor le va como anillo al dedo. La interpretación mejora notablemente si veis el film en versión original: el tono de voz de la Streep cuando se dirige a cualquiera de sus empleados, con un marcado desdén y una superioridad absoluta es simplemente genial.

Imagen de vivresansregret.blogspot.com
Anne Hathaway interpreta el papel de Andrea y, bueno, no me resulta una actuación para recordar. Sí fue la que la lanzó definitivamente al estrellato, pero creo que simplemente está correcta. Sí me gustan mucho las interpretaciones de dos secundarios de lujo del film: Stanley Tucci, que alguna vez he dicho ya que es uno de mis actores favoritos, con una capacidad espeluznante para cambiar de registro, y Emily Blunt, que interpreta a la primera ayudante de Miranda. Es genial ver cómo pierde la paciencia por minutos cada vez que Andrea aparece en escena. Una vez más, mucho mejor en versión original, ya que la actriz es inglesa, y su acento británico genera un marcado contraste con todos los americanos de la película.

A destacar, obviamente, el vestuario del film escogido por Patricia Field, famosa por ser la encargada de vestuario de la serie y las películas de Sexo en Nueva York. Botas de Jimmy Choo, conjuntos de Channel, los famosos pañuelos de Hervé... Todo un derroche de moda y glamour que hará que los más fashionistas pasen un rato inolvidable.

Os dejo el trailer de la película en versión original: que paséis una buena tarde, yo voy a preparar mi outfit para la noche de la moda!


domingo, 4 de septiembre de 2011

Florencia: la catedral de Santa Maria del Fiore (IV) La decoración interior

Llegamos al último post sobre la catedral de Florencia que dedicaremos a la decoración interior de la misma, centrándonos en las obras más importantes.

Como ya hemos dicho anteriormente, la catedral de Santa Maria del Fiore posee un marcado contraste entre su exterior profusamente decorado, y su interior bastante espartano. Dentro de la nave, las paredes se encuentran enjalbegadas, y sus muros blancos se encuentran adornados con escasas pinturas y frescos, eso sí, de marcada importancia para la historia de la ciudad y del Arte.

Domenico da Michelino pintó al fresco la obra Dante con la Divina Comedia, que se encuentra en uno de los primeros tramos de la nave norte (según entramos por la fachada occidental, a mano izquierda): en él vemos representado al poeta Dante Alighieri, la figura más importante de toda la cultura florentina, con su obra más célebre en la mano derecha, presentándola a la ciudad que le ha visto nacer. Este es el homenaje que Dante quiere hacer a Florencia: vemos la ciudad cerrada con sus murallas de época medieval, de las que sobresalen las construcciones más importantes, entre ellas la torre del Palazzo Vecchio, el campanile de Giotto y, cómo no, la cúpula de la catedral construida por Brunelleschi, que se había terminado pocos años antes. A la izquierda de la figura de Dante aparecen representados los tres escenarios principales de su obra: en el extremo izquierdo los demonios conducen a los pecadores bajo tierra para que sufran las torturas del infierno, y a continuación una montaña con siete niveles representa los siete anillos del purgatorio y remata en el Paraíso, donde se encuentran Adán y Eva en torno al árbol del pecado.


También en las paredes de la nave norte encontramos dos de los frescos más significativos de la Historia del Arte: se trata de los retratos ecuestres de Giovanni Acuto (Paolo Uccello, 1436) y Niccolò da Tolentino (Andrea del Castagno, 1456). Ambs frescos son recreaciones de monumentos no reales, con un hombre a caballo sobre un podio, remitiéndonos siempre a la tradición romana del retrato ecuestre. Aunque ambas pinturas se realizaron ya bien entrado el siglo XV, los problemas de perspectiva que presentan son notables: en los dos frescos se utiliza una perspectiva diferente para la parte del podio, que parece visto desde abajo, y para la estatua en sí, que posee una visión frontal. Este hecho llama la atención sobre todo en el caso de Paolo Uccello, quien en obras posteriores, como en la serie de La Batalla de San Romano (1460), hace un espectacular alarde de su dominio de la perspectiva y los puntos de fuga: a través de las diferentes obras, podemos ver cómo un artista evoluciona. Las dos obras intentan imitar el material que se hubiera utilizado en la realidad (mármol en el caso de la obra de Uccello, y bronce en la de Castagno), y ambas utilizan un contorno definido de las figuras que las hacen contrastar con el fondo, otorgándoles de ese modo una mayor monumentalidad. Lo que resulta más curioso, sin duda, es que ninguno de los dos caballos podría haberse mantenido en pie de haber sido construidos, ya que ambos levantan las patas del mismo lado.

Retrato ecuestre de Giovanni Acuto
(Paolo Uccello, 1436)
Retrato ecuestre de Nicolò da Tolentino
(Andrea del Castagno, 1456)















En la parte interior de la fachada occidental encontramos uno de los artilugios más curiosos del lugar: un reloj de 24 horas diseñado por Paolo Uccello. Al parecer este tipo de relojes cobró importancia desde comienzos del Renacimiento para estudiosos como astrónomos, astrólogos y humanistas: relojes como éste podemos encontrarlos en la catedral de San Marcos de Venecia, en Milán o en Praga. El caso de la catedral de Florencia destaca, además, por el uso de la numeración romana y porque se encuentra rodeado por las figuras de los cuatro evangelistas: de esta manera, un instrumento relacionado con las ciencias (el reloj como útil para el estudio del tiempo) está perfectamente integrado en un edificio dedicado a la fe.

Imágenes de Wikipedia

jueves, 1 de septiembre de 2011

Ni un día sin arte

"El arte alimenta el espíritu". No sé quién lo dijo, pero tenía razón. La acción de contemplar una obra de arte mueve dentro de nosotros una serie de mecanismos que nos llevan a un juicio de valor: más allá del "me gusta" o "no me gusta", la obra de arte y su contexto histórico provocan en nuestro interior reacciones como la admiración, la piedad, el asco o el miedo que tienen que ver con nosotros mismos y con nuestra historia. El arte es, por tanto, una herramienta indispensable a la hora de fraguar nuestra personalidad, nuestra forma de pensar y de actuar y el conocimiento de nuestro pasado histórico.

El ser humano es social por naturaleza, y más aún en los tiempos que corren: el hecho de compartir información, tanto personal como pública, se ha convertido en una necesidad diaria. Hoy en día las redes sociales nos han facilitado esta tarea: cualquiera puede compartir sus pensamientos y vivencias a través de plataformas como Facebook o Twitter, compartiéndolas con millones de personas alrededor del mundo. Y esto nos hace sentir pequeños, debido al gran volumen de información que fluye por la red, pero también grandes porque sentimos que nuestra opinión importa.

No podemos vivir sin arte; tampoco podemos vivir sin comunicarnos. Por esta razón lanzamos desde esta página la iniciativa Ni un día sin arte, con el propósito de compartir a través de internet no sólo nuestras obras favoritas, sino también lo que nos sugieren o nos hacen sentir. Consideramos que la cultura y el arte forman parte de lo que somos, y por eso queremos compartirlo: en Twitter bajo el hashtag #NiUnDiaSinArte compartimos pinturas, esculturas, happenings, libros, edificios, relieves, grabados... todas aquellas obras que nos gustan y que nos conmueven.

A pesar de que la iniciativa acaba de comenzar, personalmente me ha servido para conocer artistas con cuya obra no estaba familiarizada, y también para ponerme en contacto con personas con mis mismos intereses culturales con los que he compartido conversaciones muy interesantes sobre el arte. Pretendemos, así mismo, crear una red de comunicación entre todos aquellos que se encuentren interesados en el arte y la cultura, para compartir información, experiencias y vivencias.

Con una periodización bisemanal o mensual compilaremos todas las obras que se hayan compartido con el hashtag #NiUnDiaSinArte, creando una especia de galería virtual a través de la cual podremos comprobar hacia dónde fluye el arte en nuestros días, cuáles son los gustos populares, los autores más admirados o las obras con más éxito.

Os invitamos a todos a seguirnos en twitter (@RaRoARTE) y a compartir vuestras obras favoritas, siempre con el hashtag #NiUnDiaSinArte. Si no disponéis de cuenta en twitter, sin ningún tipo de problema podéis compartirlas en nuestra página de Facebook, enviármelas a esta web mediante un comentario, o bien a mi e-mail (raquelrodriguez.arte@gmail.com), y yo las publicaré en twitter en vuestro nombre.

¡Si tenéis cualquier pregunta, no dudéis en contactar conmigo! ¡Un fuerte abrazo!

miércoles, 31 de agosto de 2011

Films con mucho arte: "Amadeus"

Hoy dedicamos nuestra serie Films con mucho arte a una de mis películas favoritas: Amadeus (Milos Forman, 1984). Recuerdo haberla visto por primera vez con mis padres cuando era pequeña, quizás con 10 ó 12 años, y desde entonces se convirtió en uno de mis clásicos preferidos. Podría decirse que fue mi "iniciación" en la música clásica: a través de este film conocí a Mozart, Salieri y las luces y sombras de la lujosa corte vienesa.

Imagen de tepasmas.com
Amadeus es una narración en flashback de la vida de Wolfgang Amadeus Mozart, el niño prodigio del clasicismo europeo y uno de los compositores de mayor éxito de la historia, desde el punto de vista del que fuera su rival en vida, Antonio Salieri. Salieri, después de intentar suicidarse gritando que él había matado a Mozart, es internado en un psiquiátrico donde cuenta su historia al padre Vogler: su relación admiración-odio hacia Amadeus (el amado de Dios) y la incomprensión de su brutal éxito, en apariencia procedente de la gracia divina. son los argumentos que subyacen en la historia contada por Salieri.

La película está basada en la obra de teatro de Peter Shaffer, que años antes había llegado a Broadway, pero con una crucial diferencia: en el teatro no se hacía uso de la música. Resulta aparentemente incomprensible que en una obra biográfica sobre un compositor se obvie un elemento tan importante, pero el teatro cuenta con este tipo de limitaciones. El film gozó de un gran éxito de público y crítica, ganando ocho premios Óscar (entre ellos a la mejor película, mejor director, mejor actor para F. Murray Abraham por su interpretación de Salieri, y mejor sonido) de los once a los que estaba nominado, y cuatro Globos de Oro.

Las obras de Mozart suelen ser de las más conocidas entre las piezas de música clásica, sobre todo las óperas. Las escenas de óperas que vemos en el film, entre otras el aria de La Reina de la Noche de La Flauta Mágica y algún fragmento de Don Giovanni y Las Bodas de Fígaro, acercan al gran público a una tradición de cientos de años que, tristemente, no se encuentra al alcance de todos. Si bien el espectador no percibe la misma sensación que tendría escuchando la obra en directo, sí puede disfrutar tanto de la música como de otros aspectos que acompañan la puesta en escena, destacando sobre todo el figurinismo, que en la película sigue de forma muy fiel los diseños que se utilizaron en su día en los estrenos de las óperas.


Muy destacable es la actuación de los dos actores principales. Tom Hulce, que interpreta a Mozart, fue contratado después de eliminar a Kenneth Branagh, ya que el director prefería trabajar en esta ocasión con actores americanos. Como dato curioso diremos que Hulce practicaba con el piano varias horas al día y que, según diferentes estudios que se han hecho sobre el film, la pulsión de las teclas es precisa y exacta. Además, dotó al personaje de Mozart de su inolvidable risa nerviosa que ha quedado grabada en el imaginario colectivo como uno de los rasgos definitorios de su personalidad: contribuye, además, a crear la imagen de "niño grande" u hombre inmaduro que Salieri le achaca durante el film. F. Murray Abraham, que ganó el Óscar y el Globo de Oro por su interpretación del envidioso Antonio Salieri, es quien lleva el peso del argumento del film, y sin duda la mejor interpretación del mismo: el desconcierto al no comprender por qué un hombrecillo adicto al juego, mujeriego y poco trabajador obtiene un éxito masivo, mientras que él, que ha dedicado su vida al trabajo olvidando otros placeres terrenales debe permanecer en un oscuro segundo plano, se ve reflejado en las miradas y gestos de Abraham. La locura derivada de la envidia por el éxito ajeno le lleva hasta el extremo de desear la muerte de su rival y apropiarse de su obra de forma póstuma: se convierte en todo aquello que odia, transformándose en un ser en el que la virtud da paso al odio más profundo.

Mi escena favorita del film es la que nos muestra a Mozart ya en su lecho de muerte, mientras dicta los últimos acordes del Confutatis del Réquiem a Salieri. En esta escena podemos ver resumido todo el argumento del film: Mozart, un pobre hombre machacado por la bebida, la falta de la figura paterna, y consumido por el éxito, concibe una espléndida obra musical que será recordada cientos de años después ante la incrédula mirada de un Salieri que a duras penas es capaz de seguir sus indicaciones. Si en verdad fue así como concibió la obra, realmente era un genio.

  
La película se rodó por completo en Praga, ciudad natal de Milos Forman, en los alrededores del caso histórico o Hraz, y en los teatros donde originalmente tuvieron lugar las representaciones de las obras de Mozart. La ambientación y el vestuario contribuyen de forma inestimable al trabajo de los actores, y ayudan al espectador a introducirse en el lugar y tiempo de la acción.

Imagen de Wikipedia
¿Habéis visto la película? ¿Qué os ha parecido?

martes, 30 de agosto de 2011

Florencia: la catedral de Santa Maria del Fiore (III): La fachada

Continuamos con los posts dedicados a la Catedral de Florencia, y hoy nos ocupamos del estudio de la fachada occidental.

Imagen de Wikipedia
La primitiva fachada de la catedral seguía las propuestas del arquitecto original, Arnolfo di Cambio, bajo un diseño de Giotto. Comenzó a ejecutarse hacia 1360, aún con estética gótica, pero solamente se llegó a una altura de unos 10 metros sobre el nivel del suelo (podemos ver una maqueta en madera del modelo seguido durante esta época en el Museo dell'Opera del Duomo). Ya en 1587 el Gran Duque de Toscana Francisco I ordenó al arquitecto Bernardo Buontalenti la demolición de la parte que había sido construida para realizar una nueva fachada que la cubriera siguiendo las cánones del estilo manierista, que reinaba en la época. Una vez más se convocó un concurso público para el diseño de la fachada, pero ninguno de los proyectos presentados convencieron al jurado, de modo que siguió descubierta hasta mediados del siglo XIX.

En 1864 se convocó de nuevo otro concurso público, y el jurado falló a favor del diseño del arquitecto Emilio de Fabris: éste presentó un proyecto de fachada neogótica que tiene mucho en común con las de las poblaciones vecinas de Siena y Orvietto. La decoración de mármol polícromo (blanco de Carrara, verde de Prato y rojo de Siena) hace juego con el exterior de las demás construcciones de la plaza: el campanile diseñado por Giotto y el Baptisterio quattrocentesco. Esta decoración lineal es típica de la zona de la Toscana, donde abundan las canteras de mármol.

Retrato de Galileo Galilei
(Imagen de brunelleschi.imss.fi.it)
La fachada occidental sigue las proporciones y los diseños de las catedrales góticas, pero se aparta de ellas con su profusa decoración y su gran número de esculturas. La estructura sigue el modelo gótico excepto en las torres laterales, que están desmochadas: el diseño original pretendía construir dos coronamientos triangulares, como en las catedrales de Orvietto y Siena, pero no convencía del todo, de modo que se hizo votar al pueblo florentino por el diseño que más les gustaba, y finalmente se construyeron las torres planas con balaustrada. La fachada está dedicada a la Virgen (la catedral se encuentra bajo la advocación de Santa Maria del Fiore, Santa María de la Flor, ya que porta un cetro florido en la mano), cuya imagen se encuentra sobre la puerta principal, rodeada por figuras de los doce apóstoles en nichos. En el espacio entre el gran rosetón y el frontón de la nave central se encuentran esculturas de busto de los artistas florentinos más importantes y reconocidos.

Retrato de Giuseppe Cassioli
(Imagen de Wikipedia)
El programa iconográfico que sigue la fachada de la catedral tiene un carácter de exaltación histórica y nacionalista que se refleja sobre todo en los mosaicos sobre las puertas, realizados en Venecia siguiendo los cartones diseñados por Niccolò Barabino a finales del siglo XIX. En dichos mosaicos se representan los temas de Cristo entronizado y acompañado por la Virgen y San Juan Bautista en la puerta central (temática religiosa con las tres figuras principales a quienes se dedican los principales edificios de la plaza), La Caridad entre los fundadores de las obras pías florentinas en la puerta de la izquierda, y Los artesanos, mercaderes y humanistas florentinos rindiendo homenje a la Virgen sobre la puerta de la derecha.
 


Imágenes de Wikipedia

El diseño de las puertas de bronce, finalizadas en 1903, corrió a cargo de Augusto Passaglia y Giuseppe Cassioli, y contienen escenas de la vida de la Virgen. La puerta de la derecha, realizada por Cassioli, contiene un autorretrato del artista ahogado por una serpiente, como recuerdo de las dificultades por las que tuvo que pasar a la hora de llevar a cabo esta obra.

viernes, 26 de agosto de 2011

Florencia: la catedral de Santa Maria del Fiore (II) La cúpula

Continuamos hablando de la catedral de Florencia: hoy dedicamos esta entrada a la construcción y decoración de su famosa cúpula.

Como ya dijimos, el proyecto para la edificación de la cúpula salió a concurso público en 1418, presentándose numerosos proyectos tanto para el diseño de la misma como para la construcción de las máquinas que habrían de participar en el proceso. El concurso no tuvo un ganador concreto, sino que se decidió encargar el proyecto a Filippo Brunelleschi, que acababa de volver de Roma, y al escultor Lorenzo Ghiberti.
Fue éste un proyecto complicado debido a la altura y forma de la cúpula: construida sobre un tambor octogonal, la excepcional altura de la construcción y en consecuencia su elevado peso fueron resueltos por Brunelleschi con un diseño de doble cascarón. La cara exterior, con forma apuntada, está realizada con más de cuatro millones de ladrillos dispuestos en forma de espina de pez, renovando una técnica ya conocida en el Imperio Romano. La  parte interior es una semiesfera perfecta, y entre ambas caras hay un espacio vacío en el que se insertan arcos y vigas de madera, cuya función en trasladar parte del peso de la parte superior de la cúpula hacia el interior, y así aligerar la construcción. Tenemos, de este modo, dos cúpulas que se autosustentan, lo cual hizo posible que fueran construidas sin cimbras o apoyos.
La parte superior de la cúpula peraltada remata en una linterna diseñada por el propio Brunelleschi, y cuyo proyecto no desveló hasta que fue estrictamente necesario, manteniendo así el control sobre toda la construcción. La linterna, contradiciendo lo que se había hecho hasta entonces, es de gran tamaño, y se inspira en los templos circulares romanos que Brunelleschi había visto durante su estancia en la capital. Fue terminada por el arquitecto Michelozzo, tras la muerte de Brunelleschi.

La parte interior de la cúpula, situada sobre el crucero y con forma de semiesfera, fue decorada por los pintores Giorgio Vasari, que pintó a fresco, y Federico Zuccari, quien lo hizo a fresco seco. El Gran Duque de Toscana Cosme I de Médici eligió como tema el Juicio Universal, un tema muy recurrente durante la época de la Contrarreforma: este movimiento surgió como respuesta de la Iglesia Católica ante la reforma de Martín Lutero, y estipulaba claramente la forma y modo en que debían ser representadas todas las imágenes religiosas. Este hecho dejaba muy poca libertad creativa a los artistas, que se dedicaron sobre todo a perfeccionar su técnica.

Las figuras se distribuyen en distintos anillos entre los que se distribuyen el mundo terrestre, los castigos del averno y la corte celestial en torno a la figura de Cristo en majestad. La parte superior, en la que se encuentran los 24 ancianos del Apocalipsis, fue realizada por Vasari, mientras que más abajo, los grupos de Cristo y la Virgen, las virtudes teologales, los dones del Espíritu Santo, los pecados y el infierno fueron obra de Zuccari y algún colaborador, como Cresti. Se trata de la mayor superficie pintada al fresco, con un área de 36.000 metros cuadrados.

Cuando viví en Florencia tuve la gran suerte de que mi casa estaba en el centro histórico de la ciudad, y podía ver la gran cúpula desde la ventana de mi habitación: no podéis imaginar la sensación de sentarme en el alféizar de la ventana para estudiar, con la imagen de la cúpula al fondo. Me costaba concentrarme porque constantemente se me iba la vista desde el libro hacia la catedral, pero poder echarle un vistazo todas las noches antes de acostarme era impagable.

Imágenes de Wikipedia

miércoles, 24 de agosto de 2011

Films con mucho arte: "Yo, Claudio"

Retomamos la serie Films con mucho arte con una entrada muy especial dedicada no a una película, sino a una serie de televisión que marcó una época: Yo, Claudio (Jack Pullman, 1976). Esta elección se debe a una propuesta de @cosechadel66 en Twitter, en la que pedía a los internautas nombrar sus tres series de televisión favoritas: una de las suyas es Yo, Claudio, y a mí se me encendió la bombilla :) Desde aquí os invito a echarle un vistazo a su blog, que es muy interesante!

Imagen de nerdvision.com.br
Yo, Claudio es una miniserie para televisión realizada por la BBC en 1976 basada en la novela homónima y en su secuela Claudio, el dios, y su esposa Mesalina, ambas del escritor inglés Robert Graves. La serie sigue de forma bastante fiel su modelo literario: Claudio, ya emperador, escribe sus memorias y rememora su juventud, excusa utilizada por el autor para narrar la Historia del Imperio Romano de una manera cercana, desde Augusto hasta Calígula. La novela se basa en los textos históricos de Plutarco, Tácito y Svetonio y sus temas principales son las intrigas políticas (pactos, traiciones, alianzas...), los usos sociales romanos de la época (religión, celebraciones) y el retrato de personajes históricos

Imagen de guardianco.uk
La serie de la BBC estuvo protagonizada por Derek Jacobi en el papel de Claudio, y por otros actores pertenecientes al teatro shakespeariano; el mismo Jacobi participó en títulos como Hamlet, Enrique V (ambas bajo las órdenes de Kenneth Branagh) y Otello. Personalmente, el recuerdo más cercano que tengo de este gran actor es de otra película histórica: Gladiator (Ridley Scott, 2000), donde da vida al senador republicano Graco.


La historia está narrada a través de flashbacks constantes en los que el emperador recuerda años anteriores: el uso de la primera persona para la narración hace que se produzca una total identificación espectador-protagonista, de modo que albergamos los mismos sentimientos que él (odiamos a quien él odia, admiramos a quien Claudio admira). A través de los trece episodios con los que cuenta la serie, Claudio nos presenta su historia: de cómo era rechazado por su propia familia por ser considerado, equivocadamente, un tonto inútil debido a sus deficiencias físicas (sufría poliomielitis, era cojo y tartamudo) a cómo ascendió al poder a la avanzada edad de 49 años, convirtiéndose en dueño de uno de los mayores imperios sobre la tierra.

Imagen de zonacharrua.com
La serie fue un éxito absoluto en su momento, y aún hoy es considerada por público y crítica como una de las mejores producciones televisivas del siglo XX. Personalmente, creo que a día de hoy no se ha realizado una mejor serie de carácter histórico: la fidelidad a la novela, la elegancia de los actores ingleses y la excelente labor de ambientación hacen de esta serie una de las joyas de nuestro tiempo. Cosechó distintos premios, entre ellos tres BAFTA en 1977 (mejor actor, mejor actriz y mejor diseño de producción) y un EMMY a la mejor dirección artística en un drama en 1978.

Imagen de panotour.blogspot.com
El diseño de vestuario, crucial para la ambientación de la serie y para hacer entrar a los actores en sus personajes, fue obra de Barbara Kronig, quien ya había trabajado en producciones de corte histórico como la TV Movie de Hamlet para la BBC. A destacar, sobre todo, el diseño de las joyas que lucen los personajes femeninos: collares, pendientes, tiaras y broches son fieles reproducciones de los originales de época. Además, los peinados de todos los actores reflejan los que lucen los personajes históricos en las reproducciones que conocemos.


Después de escribir esta nota, ¿no tenéis ganas de volver a ver la serie, una vez más? 

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Este obra de Raquel Rodríguez ARTE está bajo una licencia Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 3.0 Unported.